El Pino en Femenino III
27 de febrero
En esta charla-coloquio reflexionamos sobre el machismo y la violencia desde la sociología y nuestro día a día.
En la tercera charla-coloquio del ciclo contamos con la doctora en sociología Carmen Ruiz Repullo de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Con el título de la charla, "24/7 sin machismo, 24/7 sin violencia", se marcaban los dos temas principales que la doctora Ruiz trabaja en sus investigaciones y en las conferencias que imparte.
No es fácil hablar sobre la violencia machista pero debemos saber cómo se puede prevenir: en un primer lugar analizando las causas de ésta, y en segundo término modificando y transformando estas causas. Las causas de la violencia de género se podrían dividir en tres factores (de mayor a menor): machismo, masculinidad hegemónica y educación afectiva y sexual. A lo largo de la charla, Carmen Ruiz nos estuvo adentrando en estas tres causas y fuimos analizándolas.
El machismo se sustenta en un sistema totalmente patriarcal. Ya sea un patriarcado de coerción, es decir aquel que sanciona, normativa y estipula a través de leyes qué pueden y qué no pueden hacer las mujeres, qué les está permitido y qué no. Este tipo de patriarcado es el más fácil de detectar y, rápidamente nos viene ejemplos a la mente como los países de Arabia Saudí o Afganistán donde las mujeres tiene prohibido conducir o abrir una cuenta bancaria. Y por otro lado está el patriarcado de consentimiento, más difícil de identificar pero más habitual. Es la forma que adquiere el patriarcado en las sociedades occidentales contemporáneas, como España, donde -en teoría- las mujeres son consideradas ante la ley individuos exactamente iguales que los hombres y tienen los mismos derechos. Sin embargo, la desigualdad está muy presente y el patriarcado opera a través del consentimiento y la incitación.
La segunda causa es la masculinidad hegemónica, basada en una educación completamente polarizada: los chicos y las chicas. Donde los chicos siempre han estado educados en una masculinidad tradicional que mantiene dos premisas: ser hombre no es un punto de llegada sino un proceso de demostración continua; y la masculinidad siempre está en duda y depende de pasar cada una de las pruebas.
Y por último la educación afectiva y sexual, la configuración del amor romántico. Debemos eliminar ciertos mitos que nos han inculcado desde bien jóvenes como la pareja ideal esperando para ti, la media naranja, amar es sufrir, con mi amor haré que cambie o la positividad de los celos. Porque, como decía Mary Wollstonecraft: "el verdadero amor solo es posible entre libres e iguales".
Pero lo peor de todo, es que esta perversa trilogía lo que provoca son las violencias de género, ya sea la violencia dentro del noviazgo, las violencias sexuales o las ciberviolencias.
Sin lugar a dudas fue una charla muy interesante, donde pudimos debatir mucho, analizar si nuestras relaciones personales eran sanas e igualitarias y poder ayudar a nuestras compañeras a detectar situaciones de injusticia u opresión.